Quizá a todas nos ha pasado que, encontramos a alguien que desde la primera impresión nos cautiva y conforme pasa el tiempo más nos convence: “¡Es el amor de mi vida!”
Pero, pasa el tiempo y un día “desaparece” sin que por eso dejemos de pensarlos, les lloramos, les sufrimos, les mentamos la madre (con mucho respeto) y luego les volvemos a llorar.
Tal vez nunca regresen, pero la lección de vida en estas relaciones es impresionante!!
¿Qué aprendemos cuando todo es miel? Pues que el amor existe, también las mariposas, hay pasión, la gente es buena, nos aman, lo merecemos, todo es rosa… bla bla
El aprendizaje más profundo, el más intenso ocurre cuando el llanto nos pone al límite de la búsqueda de cuándos y porqués.
Es súper fácil querer a alguien que tenemos, eso no tiene mayor dificultad, pero son las pérdidas o las tristezas las que nos dan el punto de comparación entre una situación y otra
Son los amores eternos de cinco minutos los que nos dejan ver que somos capaces de amar a quien no nos ama
Son los amores eternos de cinco minutos los que nos enseñan que no somos ni los más más amados, ni los que más amaron
Son los amores eternos de cinco minutos los que nos enseñan a dar valor a lo que tenemos, a lo que perdimos y a lo que quisiéramos
Son los amores eternos de cinco minutos los que nos enseñan a estar con nosotros mismos cuando nos dejan en soledad.
Son los amores eternos de cinco minutos los que nos reiteran que no somos tan diferentes unos de otros… al final todos sentimos y somos tan frágiles que preferimos poner barreras para evitar que nos lastimen
Son los amores eternos de cinco minutos los que nos ayudan a entender que nadie nos pertenece, los seres humanos somos libres de amar, pero también tenemos la obligación de dejar ir.
Y la lección de vida que me dejan los amores de cinco minutos es que hay que seguir amando; hay que seguir aprendiendo de cada persona que se cruza en nuestras vidas, aunque sea “cinco minutos” evitando llegar a pensar que el otro nos puede pertenecer alguna vez, eso nos ayudará a evitar apegos y coartar la libertad de los otros.
En la opinión de…