Y hoy en su gustada sección: «Me enamoré de…» les presentamos «Me enamoré de… mi jefe», jejeje, ya me gustó escribir acerca de esto de los amores complicados y este tipo de enamoramiento está en el top 10 de los más difíciles.
Les voy a contar una historia, en la que cambiaré los nombres de los involucrados y algunos datos importantes, para proteger la identidad de ellos mismos:
Érase una vez una hermosa chica llamada Remedios, ella, recién egresada de la universidad, estaba iniciando su vida profesional en una empresa encargada de llevar la publicidad de algunos productos que salían al mercado. Tras muchos años de intentos, la empresa por fin estaba rindiendo frutos, había logrado que dos marcas importantísimas le confiaran la publicidad de su productos.
Detrás de todo esto, estaba el dueño y CEO de la empresa, el Lic. Israel Sotomayor, un hombre joven, guapo, interesante, bien posicionado económicamente, seguro de sí mismo, con una cultura general bastante amplia ya que constantemente viajaba a Estados Unidos y Europa por cuestiones de negocios, además era de trato muy agradable y era encantador con todos, pero en especial con Remedios, quien se convirtió rápidamente en su mano derecha. El Lic. Sotomayor estaba comprometido con su novia la Lic. Angélica Urbina, quien trabajaba en la marca importantísima anteriomentente mencionada. Es decir, que gracias a ella, la empresa de Israel Sotomayor estaba cobrando un auge impresionante.
Remedios se dio cuenta de que había cierta atracción por su jefe, pensó que él sentía lo misma hacia ella, puesto que se llevaban muy bien, él le confiaba cosas muy importantes, le mandaba varios mensajes al día cuando estaba de viaje, era muy atento con ella, pagaba todo cuando salían a alguna comida de negocios, la buscaba a la hora de comer, la involucraba cada vez en mayor cantidad de asuntos, etcétera.
Ella estaba muy segura de que había química entre los dos, cualquier comentario de él la hacía estar más segura de esto, así que un día se armó de valor y le envió un mensaje confesándole su amor, él estaba de viaje y no respondió hasta después de una semana, le dijo que no se esperaba algo así, que nunca dio pie a que ella se fuera por otro lado y que ella siempre supo que tiene una relación seria con su novia y no quiere que esta sea vea afectada.
Sobra decir que Remedios quedó devastada y hasta teme por su trabajo.
Ovulitas, después de esta mini-historia, quiero que reflexionemos acerca de qué es lo más adecuado que podemos hacer cuando nos enamoramos de nuestro jefe…
Vamos a recordar dos puntos fundamentales,
1. Como les dije en algún post anterior, la chamba de conquistar y confesar el amor es de los hombres, no de nosotras. Está en sus genes, les encanta hacerlo, no hay que quitarles su rol y mucho menos si se trata del jefe.
2. De la misma forma, el hombre que te quiere y quiere estar contigo, hará lo que sea necesario para hacértelo saber y «marcar su territorio» para que nadie más vaya a intentar conquistarte. En este sentido, no importa si el hombre en cuestión es tu amigo, tu profesor, tu vecino, tu compañero de trabajo o… hasta ¡tu jefe! Créeme que si está enamorado de ti, le va a importar un pepino si eres su subordinada en el trabajo y te lo dirá con todas sus letras. Si no lo dice es porque no lo siente.
Después de estos puntos, tenemos que recordar que en las relaciones laborales hay factores extra que pueden dificultar las cosas, por ejemplo: intereses económicos, relaciones de jerarquías, reglas que impiden relacionarse entre empleados, no se conoce la vida privada de los compañeros de trabajo ya que usualmente no hablan de ello, es decir no se sabe a ciencia cierta cuál es su situación sentimental, etcétera.
Ante esta situación y considerando todo lo anteriormente mencionado, lo mejor que podemos hacer es no poner los ojos en nuestro jefe, porque como le pasó a Remedios, hasta nuestro puesto podríamos perder. Sé que es muy facil decirlo, pero desde un principio se puede evitar. Pero bueno, si no lo pudieron evitar y ya están enamoradas de él, lo mejor es que sean muy cautelosas para no complicar las cosas, yo aconsejo que NO le confiesen nada, si efectivamente la química es mutua, él se los hará saber tarde o temprano, sean pacientes.
Siempre existe la opción de confesárselo y ojalá que él sienta lo mismo y seas correspondida, pero si no lo eres, solo provocarás que él se vea en la necesidad de rechazarte, de reprenderte por tu comportamiento anti-ético (puede hacerlo porque es tu jefe). Provocarás una incomodidad entre ambos, ya que la relación laboral no vuelve a ser la misma con una confesión de esa magnitud y posiblemente, en el peor de los casos, hasta podrías poner en riesgo tu trabajo. ¿Para que nos metemos en problemas? Es muy facil ignorar esa atracción desde el principio si nos lo proponemos! O bien, si nos consideramos mujeres cabronas y maduras podemos seguir sintiendo esa atracción sin pretender nada a cambio, así como me gustan esos zapatos, me gusta el mar, me gusta el pastel de chocolate y me gusta mi jefe, pero hasta ahí.
Ojalá aprendiéramos estas lecciones antes de que nos sucedieran, desgraciadamente, eso rara vez pasa. Lo importante de todo esto es aprender las lecciones por más duras que a veces parezcan, para no repetirlas en el futuro y para irnos haciendo cada vez más cabronas.
Recuerden que me pueden seguir en Twitter como @PameBradshaw
Las quiere,
Carrie Bradshaw.
Dedicado para Remedios,
estoy segura de que esta experiencia te ayudará a construir
una relación sana y hermosa en un futuro no muy lejano.
TQM.
En la opinión de…