Si, era una tarde soleada (raro en Julio) el mes apunto de morir….llego hasta mi inbox de face un mensaje que me saco (casi forzó) el post que estuve pensando por semanas escribir…aquí va.
Recuerdan cuando tenían 14 años y empezaron a ver como todas sus amiguitas no hablaban de otra cosa que no fuera vestidos de XV o chambelanes, fiesta, bailes?. Recuerdo que yo era bastante grinch para esas cosas, yo lo único que quería al cumplir quince era que me crecieran más las chichis y andar con ese chico guapísimo de la escuela de enfrente, una compu, ah y que me dejaran llegar a las 10 de la noche de la fiesta…
Luego cuando pasas de la secundaria a la prepa, quieres llegar para que tengas el chingo de amigos, las fiestas, quieres beber hasta vomitar negro y ponerte vestidos atrevidos y pintarte como mayor!
Y asi sucesivamente hasta que llegas a los treinta años! a la tercera década y volteas tantito y piensas «uff que súper bien la he pasado», cierras los ojos y suspiras profundamente pensando que la vida ha sido por demás generosa y un grito te despierta de tu profunda reflexión, abres los ojos y ves al chingo de peladitos corriendo y desmadrando el McDonalds, aja, porque ahora el único lugar donde puedes ver a tus amigas es en el pinche McDonalds o en el Burguer King o en cualquier restaurante que tenga juegos para que sus hijos nos dejen platicar agusto.
Muchos años he pasado asi y con cierto alivio llego a mi casa pensando » que bueno que no he tenido hijos» pero eso ovulitas no dura por siempre…..
Las mujeres tenemos un botón (en dónde? no sé) pero en algún momento de la vida (algunas a los 15 años, a los 20) que ese botón se activa y todo en nuestro interior se ilumina de perfecta manera y de pronto asi porque si: QUEREMOS SER MAMÁS!
Confieso que tengo casi todo el año visitando paginas de internet, empecé con algo muy básico, hasta hace algunos meses que me vi leyendo lo importante del ácido fólico y esa misma tarde estaba parada en la farmacia preguntando cuánto costaba?
Pero el detonante fue esto mismo que les comente que llego a mi Facebook….se los dejo, solo dios sabe cuando sea mi turno, quizá mañana o dentro de un año, o dos o nunca…pero mientras tanto hay que estar preparados!
Las quiero millones!
Muchas gracias a todas por el millón de visitas, es increíble llegar a tanta gente, a tantas mujeres en todo el planeta
Nos leemos muy pronto
Bendiciones!
«SER MAMÁ»
Estábamos sentados a la hora del almuerzo cuando mi hija casualmente mencionó que ella y su marido estaban pensando en “formar una familia”.
– Est…amos haciendo una encuesta – bromeó – ¿Crees tú que debería tener un bebé?
– Te va a cambiar la vida – dije yo, manteniendo un tono neutral.
– Ya sé – dijo ella, – no más dormir el fin de semana, no más vacaciones espontáneas – pero no era a eso a lo que yo me refería.
Miré a mi hija, tratando de decidir qué decirle.
Quería contarle que las heridas físicas de tener un bebé sanarían, pero convertirse en madre le dejaría una herida emocional tan grande que la haría para siempre vulnerable…
Quería decirle que nunca más leería el diario sin preguntar: y si ese hubiera sido MI hijo?”.
Que cada caída de avión, cada casa que se incendia, cada accidente de tránsito la van a perseguir.
Que cuando vea una foto de un niño hambriento, se preguntará si no hay nada peor en la vida que ver a tu propio hijo morir.
Miré sus manos con manicure y su perfecto traje de dos piezas y pensé que sin importar cuan sofisticada es ella, convertirse en madre la reducirá al nivel más primitivo donde lo más importante es proteger a su crío. Que el llamado urgente de “mamá!!!” le hará quebrar su fuente de cristal más fino sin siquiera dudarlo. Me gustaría advertirle que sin importar cuantos años ha invertido en su carrera, serán descarrilados por la maternidad.
Podrá contratar una nana, pero algún día tendrá que ir a una importante reunión y recordará el dulce olor de su bebé.
Tendrá que endurecer su corazón para no volver corriendo a casa, solo para asegurarse de que está bien.
Quería decirle a mi hija que las decisiones comunes de cada día ya no serán rutina.
Que la decisión de un niño de 5 años de ir al baño de varones en Mac Donald’s en vez de el de mujeres será un problema gigante.
Allí, en medio de las bandejas y los gritos de otros niños, los asuntos de independencia e identidad de género chocarán contra la idea de un pedófilo esperando en ese baño de varones.
Cualquier decisión que tome en la oficina, la repensará constantemente como madre. Mirando a mi atractiva hija, le quería asegurar que eventualmente perderá los kilitos de más del embarazo, pero nunca más se sentirá igual consigo misma.
Que su vida, ahora tan importante, pasará a segundo plano una vez que su bebé haya nacido.
Ahora que ella daría su vida en un momento por salvar a su bebé, también comenzará a pedir por más años de vida, no para cumplir sus sueños, sino para ver los de sus hijos cumplidos.
Quería decirle que la cicatriz de la cesárea y las estrías se convertirían en sus medallas de honor.
La relación de mi hija y su marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Ojalá ella entendiera cuánto más se puede amar a un hombre que es cuidadoso para poner talco a su bebé o que siempre tiene tiempo para jugar con él.
Quiero que sepa que se volverá a enamorar de su marido por razones que ahora encontraría muy poco románticas.
Quisiera que ella pudiera sentir el lazo que tendrá con otras mujeres que han tratado de detener guerras, acabar con los prejuicios y no manejar bajo los efectos del alcohol.
Quiero describirle a mi hija la felicidad que se siente al ver a tu hijo aprender a andar en bicicleta.
Quiero capturar para ella la risita divertida de un bebé cuando toca por primera vez el pelaje de un perrito o de un gato.
Quiero traspasarle esa alegría.
– Nunca te arrepentirás – dije finalmente.
La mirada interrogante de mi hija me hizo notar lágrimas en mis ojos.
Me acerqué a ella, apreté sus manos y le deseé lo mejor, ya que había recibido el más maravilloso de los llamados…
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