Entre mujeres podemos despedazarnos…

Hola, mis queridas Ovulitas:

Se han puesto a pensar que nos hemos pasado la vida despotricando contra los hombres, argumentando que no nos entienden, ni nos comprenden, pero ¿qué hay de las relaciones entre mujeres? Y no me refiero a las relaciones homosexuales entre mujeres, sino a la relación cotidiana de amistad, compañerismo, familia, etcétera. Tssssssssss en la mayoría de los casos hacemos corto circuito.

Hace un par de meses, se me presentaron dos situaciones que me hicieron darme cuenta de todo esto, justamente los primeros días de clase en mi Maestría. Una vez teníamos que hacer un trámite megatedioso, en el que la chava que me atendió se portó así o más mala onda, me hizo regresar como cinco veces porque me hacían falta copias o cositas así, me puso mil “peros”; al día siguiente les pregunté a mis compañeros hombres cómo les había ido con esa pinche vieja y me dijeron que súper linda, a la primera quedó su trámite y hasta les hizo favor de sacar unas copias que les hacían falta. WTF?

La segunda situación, fue también en la Maestría cuando me di cuenta que me siento más agusto entablando una conversación con mis compañeros hombres que con las mujeres. La primera vez que intenté hacerle la plática a unas chavas, una de ellas se me quedó viendo de arriba a abajo y sentí tan mala vibra que decidí no volver a acercarme a ella. Con los chavos no pasa eso, ellos son más relajados, no se fijan cómo vienes vestida, si combinan tus zapatos con tu blusa, si te pusiste corrector para disimular las ojeras, si tu perfume es con esencia floral y no corresponde con la temporada otoñal, si no te lavaste el cabello, o si tu zona “T” luce grasosa el día de hoy, ellos simplemente ponen atención en lo que estás diciendo, en lo que piensas y en la persona que eres, aunque algunos pueden estarte viendo solamente las bubies y estarte encuerando en la mente, pero a lo que me refiero es que no son hostiles, groseros, ni te niegan alguna oportunidad porque se les hinchó su regalada gana. (No podemos generalizar, pero la mayor parte de las veces así es).

Si aún no están convencidas, analicen si se identifican con las siguientes situaciones:

1. Tengo más amigos, que amigas. Me llevo mejor con los hombres y no sé por qué.
2. Siento más confianza con mi papá, él sí me entiende, con mi mamá choco mucho.
3. Prefiero tener jefe que tener jefa, ellos son más relajados y saben pedir bien lo que quieren. Ellas son histéricas, no saben ni lo que quieren.
4. Ojalá me toque hombre, en lugar de mujer en la ventanilla, así con una sonrisita chance y me ayude a que pase más rápido el trámite.
5. Prefiero los maestros que las maestras, son más accesibles y no cambian de humor a cada rato.
6. Cuando salgo con mis amigas ellas se las pasan hablando sólo de ellas y yo también quiero hablar de mis cosas, pareciera que estamos en competencia a ver a quién le ha ido mejor. Con mis amigos hablo de la escuela, el trabajo, la familia, y en verdad parece que se alegran de mis triunfos sin ninguna especie de envidia.
7. Me esmero más en mi arreglo personal cuando voy a reuniones con puras mujeres, que cuando es reunión mixta.

Hasta hay un dicho que afirma que… “entre mujeres podremos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño”.

Seguramente están asintiendo con la cabeza todo lo que están leyendo, en ocasiones puede resultar hasta gracioso lo complicadas que podemos llegar a ser las mujeres, y aún más las relaciones entre nosotras. Sin embargo a mí me parece preocupante.

Si siempre nos estamos quejando de que los hombres no nos comprenden, no nos tratan como quisiéramos, no son lo que esperábamos, ¿no resultaría vital el apoyo de otras mujeres? Se supone que nosotras sí sabemos lo que queremos las mujeres, cómo queremos que nos traten, etc. ¿Por qué no lo hacemos con las mujeres que nos rodean?

¿Por qué hemos perdido ese sentimiento de solidaridad hacia las demás mujeres y lo hemos reemplazado por uno de competencia y superioridad? Siempre estamos compitiendo, ¡no es posible!

Estamos mal, chavas. Si en lugar de ayudarnos, nos ponemos el pie por ser mujeres, está bien cabrón y tampoco quiero decir que nos demos la preferencia pasando sobre los hombres o haciéndolos a un lado, ¡NO!, pero bien podríamos no sabotear a nuestras similares por el simple hecho de querer ser más bonita, más exitosa, más popular, más inteligente.

Yo sí estoy muy decepcionada, ya que a mi me preocupan mucho los problemas que tenemos las mujeres, por el simple hecho de ser mujeres. Tanto así, que me he dedicado a escribir este blog, junto con mis primas y amigas y más adelante me propongo hacer estudios con enfoque de género ya a nivel de investigación científica. Me interesa lo que nos pasa a las mujeres, me gustaría que tuviéramos el mismo trato de tienen los hombres, me indigna cuando maltratan a una de nosotras porque al mismo tiempo nos lo hacen a todas, quisiera poder salvarlas de una situación de violencia física o psicológica por parte de los hombres. Cuando me escriben comentarios pidiendo ayuda, quisiera poder ayudarlas de verdad, no sólo con palabras… Sin embargo, me doy cuenta que la empatía que yo siento no todas la compartimos.

¿Ustedes qué hacen para comprender, apoyar o ayudar a otras mujeres? Recuerden que podemos empezar desde casa con nuestra mamá y hermanas y posteriormente con nuestras amigas, compañeras de trabajo, jefa, subordinada, vecina, prima, etcétera.

Hay que pensar acerca de esto y poner manos a la obra, unidas somos más fuertes, Ovulitas.

Digamos NO a la discriminación a las mujeres ¡por parte de LAS MISMAS MUJERES!

¡Que tengan linda semana!